martes, 29 de junio de 2010

CARTA DE ASPIRANTES RECHAZADOS AL POSGRADO EN FILOSOFÍA

Por este medio queremos manifestar nuestra inconformidad frente a los resultados presentados por el Comité de evaluación del Posgrado en Filosofía en su última convocatoria (Generación 2011). En términos generales, queremos señalar dos problemas que surgieron en este proceso de selección: a) la falta de transparencia con la cual se manejó el Comité de evaluación con respecto a los criterios de selección de los aspirantes al Programa de Posgrado en Filosofía; b) así como la utilización del examen como único mecanismo de evaluación para el rechazo de los aspirantes a la maestría y el doctorado en filosofía sin previo aviso. Con respecto a lo anterior queremos señalar lo siguiente.

Los aspirantes al Programa de Posgrado en Filosofía no fuimos debidamente orientados sobre el criterio de selección y evaluación de nuestras postulaciones, en lo particular jamás se nos notificó acerca del carácter determinante del examen como filtro. De la redacción de la convocatoria que dio a conocer la Coordinación del Posgrado en Filosofía no se deduce que el examen se utilizaría como filtro o que sería el requisito fundamental para definir quienes tendrían la oportunidad de que sus documentos fueran analizados por los subcomités de evaluación. De hecho en la convocatoria el examen aparece como uno más de todos los requisitos necesarios. En dicha convocatoria se nos solicitó presentar (a) Solicitud de ingreso, (b) Carta de exposición de motivos, (c) CURP), (d) Constancia de comprensión de lectura de dos idiomas, (e) Proyecto de Investigación, (f) Dos cartas de referencia de profesores, (g) Curriculum vitae actualizado, (h) Copia del certificado de Estudios de Licenciatura en el caso de los aspirantes de maestría o copia de los certificados de Estudios de Licenciatura y Maestría en el caso de los aspirantes a Doctorado, (i) Copia del título de Licenciatura en Filosofía en el caso de los aspirantes a Maestría y copia del título de Licenciatura y de Maestría en el caso de los aspirantes a Doctorado, (j) Copia del trabajo recepcional de Licenciatura en el caso de los aspirantes a Maestría o copia del trabajo recepcional de Licenciatura y Maestría en el caso de los aspirantes a Doctorado y (k) dos ensayos filosóficos propios. Sólo al final de la enumeración de estos documentos se menciona que además es necesario presentar un examen, pero en ningún momento se especifica que aquellos que no logren un puntaje determinado quedarían automáticamente fuera, sin que su documentación entregada fuera tenida en cuenta como elemento de evaluación. En este punto queremos hacer notar que tampoco se señala cuál es el sistema de evaluación del examen, como por ejemplo, la calificación mínima y máxima para aprobar el examen señalado, aspecto que es elemental al momento de aplicar un examen general. En este sentido, tenemos que señalar que el Comité académico y de selección no se ha manejado con la debida transparencia.

Para fortalecer nuestras observaciones, a continuación exponemos algunos puntos cuestionables sobre el examen.
1) El tiempo de resolución del examen no fue suficiente. El tiempo que se dio para responder el examen fue muy reducido, 120 reactivos en 3 horas implicó responder cada reactivo en 1 minuto y medio, pero considerando que hubo lecturas, entonces el tiempo se redujo aún más. Al final de las 3 horas aproximadamente la mitad de los alumnos estaban todavía resolviendo el examen, muchos no terminaron a tiempo.

2) En particular los reactivos de comprensión de lectura están técnicamente mal elaborados, ya que en un examen de conocimientos y comprensión de lectura no se pueden poner lecturas tan largas, y si se opta por las lecturas largas, entonces tendría que darse más tiempo para la resolución del examen, o incluso realizarse en diferentes sesiones. Bajo criterios técnico-pedagógicos, para la elaboración de un reactivo con texto para analizar y comprender se establece un número máximo de palabras como sucede por ejemplo en bachillerato (donde se utilizan lecturas de 200 palabras, i.e., un párrafo de 13 líneas) o para licenciatura (donde se utilizan lecturas de 300 palabras, i.e., 20 líneas de texto). En el caso de posgrado las lecturas no debieran superar las 400 palabras o las 25 líneas de texto. En el examen que se aplicó a los aspirantes del Programa de Posgrado de Filosofía el día 4 de mayo de 2010 no pocos reactivos se basaron en lecturas de más de dos cuartillas de texto, es decir más de 1000 palabras. De modo que aquí encontramos un error técnico considerable que sin duda afectó a la mayoría de los aspirantes al posgrado. Hay criterios de estandarización que son utilizados en diversas instituciones educativas; la UNAM y la Dirección General de Evaluación, sabemos, tienen sus propios criterios, pero técnicamente no pueden ser tan distantes uno de otro en las diferentes instituciones.

3) Partiendo del hecho de que el examen fue el único elemento con el cual fueron rechazados los aspirantes que no obtuvieron el puntaje establecido (mismo que nunca fue establecido públicamente sino que sólo se conoció por el Comité), hay que subrayar que es imposible medir el perfil del aspirante idóneo con el examen y sin tomar en cuenta los documentos académicos presentados. ¿Por qué? Porque “el perfil de referencia para Doctorado es el de una persona a quien pueda formarse como investigador” y en el caso de Maestría “no hay un sólo perfil de referencia dado que el programa de maestría tiene como objetivo apoyar tanto a aspirantes que se desempeñan como profesores a nivel medio superior y que, en ocasiones, no aspiran a continuar en el doctorado, como a candidatos que sí consideran esta opción”. El perfil de los aspirantes, como señala la misma Acta de la reunión de los subcomités de campo de conocimiento del programa de maestría y doctorado en filosofía celebrada el día 3 de mayo de 2010, tenía que ser evaluado a partir del análisis de la capacidad que el aspirante haya demostrado para la investigación, en el caso de doctorado, y para el trabajo académico, en el caso de maestría, el proyecto de investigación bien acotado, con objetivos bien definidos, contar con los conocimientos suficientes para llevar a cabo su proyecto en el tiempo que dura el programa, haber demostrado su capacidad de redactar adecuadamente y contar con excelentes cartas de recomendación. Todos estos elementos sólo pueden ser constatados por medio del análisis completo de la documentación académica presentada por el aspirante, el examen no puede calificar el perfil del aspirante en los términos planteados.

4) La aplicación del examen como filtro ha influido de manera importante para que varios aspirantes que no tienen estudios previos de filosofía fueran rechazados. El argumento con el cual se pretende minimizar el hecho es que la desventaja de dichos aspirantes es pequeña, “sólo del 25%” (sic), pero lo anterior encubre el hecho innegable de que la historia de la filosofía es vastísima, de tal manera que no es lo mismo estar acostumbrado a leer a Levinas o Rosenzweig, que leer a Bartolomé de Las Casas o Clavijero, o incluso a Foucault, Deleuze, Guattari o a Kripke y es muy posible que quien haya ingresado a la filosofía a través de un tipo específico de filósofos o tradiciones tenga problemas cuando lea otros tipos de argumentación, temas o filósofos muy distintos a los que conoce. Este es un problema real que debiera ser atendido: aún en las lecturas hubo desventaja de parte de los estudiantes que no tenían estudios previos de filosofía.

5) El caso de los aspirantes reprobados que son egresados de la licenciatura y de la maestría de la UNAM es particularmente preocupante y debería servir de alarma a los propios creadores del examen. ¿Cómo es posible que los propios egresados de la UNAM estén reprobados? Pero además ¿cómo es posible que por un lado la UNAM esté otorgando grados académicos en licenciatura y en maestría si después los comités evaluadores del Posgrado consideran que los alumnos no cuentan con la formación suficiente para acceder al siguiente nivel? Hay problemas de fondo que es necesario replantearse en este punto. Hay alumnos que habiendo hecho sus estudios de Maestría en el Programa de Posgrado en Filosofía no están siendo admitidos para pasar al Doctorado en el mismo Programa, pero lo inquietante es que el mismo Programa de Posgrado en Filosofía los habilitó como maestros y ahora les niega su ingreso al siguiente nivel para el que se supone los había preparado. Algo está mal: o el comité de evaluación ha evaluado mal a los aspirantes al Posgrado o los alumnos están mal, pero sucede que una gran mayoría de los aspirantes es egresada de la misma Facultad de Filosofía y aún del mismo Posgrado en Filosofía. Es necesario analizar a fondo esta contradicción.

6) El Comité de evaluación de los aspirantes ha defendido el uso del examen como filtro con el argumento de que muchos alumnos no se titulan en el tiempo estipulado y entonces quieren cuidar que los alumnos aceptados verdaderamente tengan las capacidades para titularse a tiempo. Pero, en primer lugar, el que los alumnos acrediten el examen no garantiza que cuenten con las capacidades de terminar sus estudios en tiempo. ¿O acaso se ha hecho una investigación exhaustiva sobre este punto que demuestre que existe una relación necesaria entre aprobar el examen y egresar del posgrado en tiempo y forma? Si es así, ¿en dónde está la prueba para que todos estemos convencidos de que ese es el camino adecuado por el cual debe continuar el Comité Académico? Quisiéramos saber ¿qué hace pensar que el examen garantizará eficiencia terminal en los tiempos administrativos que la UNAM y el CONACYT exigen? O en otras palabras ¿en qué se apoya el Comité Académico para creer que de un examen como el que se ha elaborado se puede deducir quién sí o quién no, cuenta con un perfil de investigador o de vocación docente? La eficiencia del posgrado y de la licenciatura en cuanto al número de titulados podría mejorarse de otras maneras, por ejemplo, exigiéndoles a los asesores a que estén más al pendientes de los avances de sus asesorados o en el caso de los posgrados hasta exigir el regreso de la beca después de un determinado tiempo de incumplimiento. La implementación del examen como filtro no es una solución al problema de titulación, ni está suficientemente justificado.

Por lo anterior exigimos que se reconsidere la postulación de todos los rechazados al Programa de Posgrado en Filosofía en los niveles de Maestría y Doctorado, revisando y evaluando todos los documentos que fueron solicitados por el Comité Académico como requisitos, con el fin de que el Comité pueda realizar una evaluación completa de los aspirantes y corroborar si cumplen o no con el perfil del aspirante idóneo, tal y como está estipulado por el Comité de evaluación.

Esperando que haya una predisposición al entendimiento mutuo, agradecemos su atención a la presente carta.

ESTADÍSTICAS DEL RECHAZO


En el caso de Maestría, la generación 2010 tiene 87 alumnos. La generación 2011 tendrá sólo 31 alumnos. De no revisarse la documentación de todas y todos, ello implica una reducción de 57 alumnos de una generación de posgrado a la siguiente.
El caso de Doctorado sigue el mismo patrón.

lunes, 28 de junio de 2010

!Prepara tu Carta de Reconsideración¡

Colegas aspirantes:

Durante los días previos a la publicación de los resultados de la convocatoria del Programa de Posgrado en Filosofía de la UNAM 2010, circuló la información de un acuerdo del Comité -que se tomó muy poco tiempo antes del día de la realización del examen- en el que se decidió hacer del examen el filtro principal para el ingreso al posgrado; quienes no obtuvieran cierto puntaje no se le revisaría el resto de su documentación. Así, los aspirantes que fueron rechazados fueron evaluados únicamente con la puntuación que obtuvieron en el examen. Esto significa que los expedientes de dos terceras partes de los postulantes para maestría y doctorado (que contenían los ensayos filosóficos, curriculum vitae, cartas de recomendación, proyecto de investigación, etc.) no se abrieron.

Con esta denuncia, y la invitación a que todas y todos presentemos nuestras cartas de reconsideración, pretendemos lograr que se revise la documentación completa de todas y todos los postulantes (como originalmente se había informado que se haría).

Si consideran que su rechazo del Programa de Posgrado en Filosofía de la UNAM está infundado, es posible presentar una Carta de Reconsideración, con el objetivo de que el resto de la documentación se abra y revise. Para ello, el documento debe contener:

a) Carta donde se expongan las razones por las cuales se considera que el aspirante posee los elementos académicos necesarios para ser aceptado en el Programa de Posgrado en Filosofía de la UNAM.

b) Carta de un profesor que conozca la trayectoria académica del alumno, donde se sustente la capacidad académica del aspirante.

El documento se debe de entregar del 28 de junio al 29 de julio en horarios de oficina en la Coordinación de Posgrado de Filosofía.

rechazadosposgradofilos@gmail.com

Carta abierta a la Coordinación del Posgrado en Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM

Carta abierta a la Coordinación del Posgrado en Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM:

Un grupo de aspirantes al Posgrado en Filosofía queremos manifestar nuestra inconformidad por las formas y procedimientos del proceso de selección para la admisión al Programa de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM en los niveles de maestría y doctorado.
Desde el año anterior se ha introducido un examen de ingreso para el nivel de maestría, el cual ahora está siendo aplicado también al nivel de doctorado. Este examen, que originalmente se planteaba como el 25% de la evaluación de los postulantes en el caso de maestría y como 20% en el caso de los postulantes de doctorado -el otro 75% y 80%, respectivamente, se repartía entre antecedentes académicos (cartas de recomendación, C.V., promedio de 8.5 e idiomas), proyecto de investigación, y Trabajos escritos-, ahora se ha convertido en el filtro principal de selección de los alumnos para el Programa de Posgrado en Filosofía por una decisión express tomada por un grupo de profesores el día 3 de mayo de 2010, es decir, UN DÍA ANTES DE LA APLICACIÓN DEL EXAMEN.
Manifestamos nuestra inconformidad en primer lugar porque los aspirantes al Posgrado en Filosofía no fuimos debidamente orientados sobre el criterio de selección y evaluación de nuestras postulaciones, en lo particular jamás se nos notificó acerca del carácter determinante del examen en cuestión. Lo grave aquí es que ÚNICAMENTE los aspirantes que aprueben el examen tendrán derecho a que sus documentos sean examinados por los subcomités de selección; los demás aspirantes, esto es, los aspirantes que no aprobaron el examen ESTÁN AUTOMÁTICAMENTE FUERA, sus documentos ni siquiera serán revisados.
En segundo lugar, encontramos cuestionable el criterio con el cual está elaborado el examen, ya que es claro que está hecho con la intención de dejar fuera a quienes no tienen una formación en la corriente de la filosofía analítica. Queremos aclarar que de ninguna manera estamos en contra de la filosofía analítica, de lo que estamos en contra es que esta filosofía se haya vuelto el único criterio de evaluación de todos los postulantes.
La filosofía analítica es una de las tantas corrientes que hay en filosofía, pero no es la única, no es la mejor, ni tampoco representa a lo más sobresaliente de la filosofía contemporánea. El hecho de que esta corriente sea practicada por los organizadores y/o coordinadores del programa de admisión a maestría y doctorado no quiere decir que todos los postulantes estemos obligados a alinearnos a esta corriente.
Nuestra Facultad de filosofía se ha caracterizado siempre por ser una Facultad abierta a todas las corrientes que se practican en el mundo filosófico contemporáneo, lo que la ha vuelto rica en diversidad y pluralidad. Gracias a ello ha logrado tener un reconocido prestigio a nivel nacional e internacional y a ser concebida como una de las mejores Universidades no sólo de Latinoamérica, sino de los territorios de lengua hispana. Permitir que nuestra Facultad se alineada a una sola corriente filosófica iría precisamente en contra de esta tradición, lo cual la empobrecería en gran manera. Pensamos que si dejamos que esta tendencia se profundice, nuestra Facultad de filosofía podría convertirse a la brevedad en un Instituto de Investigaciones de Filosofía Analítica o en una sucursal de filosofía anglosajona.
En tercer lugar, manifestamos nuestra inconformidad frente a la aplicación del examen como filtro porque -como bien ha señalado el Dr. Cruz Parcero en la reunión del 3 de mayo de 2010- los aspirantes que no tienen estudios previos de filosofía quedarán en absoluta desventaja y al obtener un bajo puntaje en el examen se verán automáticamente descalificados y no tendrán ni si quiera la oportunidad de ser evaluados por los subcomités.
Veamos algunos datos a propósito de la aplicación del examen:
Este año 2010 postularon 189 alumnos; 127 para maestría y 62 para doctorado. Los aprobados en el examen son únicamente 78, de los cuales 56 son de maestría y sólo 22 de doctorado. ¿Qué nos indican estas cifras? Hay un problema con el examen.
El caso de los aspirantes reprobados que son egresados de la licenciatura y de la maestría de la UNAM es particularmente preocupante y debería servir de alarma a los propios creadores del examen, pues precisamente son los profesores de la propia Facultad los que los han formado. ¿Cómo es posible que el Colegio de Filosofía permita que se elabore un examen en el cual se repruebe a los alumnos que se han formado en la propia UNAM, donde se han presentado sus tesis de licenciatura y maestría y han sido aprobados? Hay algo que está mal, o el examen está diseñado con los criterios equivocados o la formación de la UNAM está mal, en cualquier caso es necesario que el cuerpo de profesores que está a cargo de la admisión al posgrado revise y haya un proceso de autocrítica. Creemos necesario abrir el debate a propósito de los criterios del examen, su aplicación y su relevancia porcentual a la hora de evaluar a los aspirantes a posgrado.
Por lo anterior pedimos que el procedimiento de selección de candidatos a maestría y doctorado sea mucho más abierto, deje de ser secreto y oculto y sea más democrático, que se sepa públicamente cómo se está evaluando y cuáles son los criterios que los evaluadores están utilizando a la hora de elegir a los candidatos idóneos para nuestros Programas de Maestría y Doctorado.

Atentamente
Por mi raza hablará el espíritu
Grupo de alumnos aspirantes al Posgrado de Filosofía en los niveles de maestría y doctorado
Ciudad Universitaria, a 7 de junio de 2010.